La mujer que había dado a luz en un autobús (desde Marruecos)
Gertrude, nos comparte el encuentro que tuvo con una joven nigeriana que había dado a luz en un autobús.
“Llegó al hospital donde yo trabajo, muy asustada, con toda la ropa sucia y llena de sangre..., y sin tener con qué cambiarse..., y así, corriendo, le llevé todo lo qué le pudiera servir.

Gracias a Dios, esa tarde vino el P. Mateo de Fez, que habla inglés y que también ha trabajado en Nigeria, y fui con él y con una Hermanita de Jesús al hospital ..., y así nos enteramos que era cristiana católica, que había tenido problemas con su marido y se había ido de la casa, (por supuesto, los dos sin papeles, pero que con la nueva política de Marruecos, ahora , no tienen tanto problema ... porque la policía hace la vista gorda ...), y tiene un hijo de 3 años, no 3 hijos como yo había entendido ... Estuvo cinco días internada en el hospital, luego la llevé a nuestra casa. En nuestra casa comió, se duchó, le dimos una maleta para que metiera todo lo que le habían regalado y le compramos el billete de autobús para Tánger. Allí, la iba a recoger el marido, ya que había hablado con él por teléfono…y se fue tan contenta.”
Acercándonos a nuestros hermanos y hermanas en la cárcel, ayudándoles para nacer de nuevo (desde India)

A lo largo de estos últimos tres meses, las visitas al Centro de Reclusión para Delincuentes Juveniles han sido una experiencia reveladora.
A la luz de nuestro Carisma, este breve tiempo ha sido una experiencia estimulante y de fortalecimiento en el proceso de comunicar la “Buena Nueva” a los marginados y desanimados, en su situación desesperada y desamparada.
Era el 19 de agosto de 2013, que nosotros, los voluntarios de cinco parroquias, celebramos el día de la “Pastoral de la Cárcel” y el día de la “Independencia” en el Centro de reclusión para delincuentes juveniles en Umerkhadi, Mumbai, donde tienen 300 presos. El programa se inició con una oración y luego una canción. Después de lo cual los niños estaban felices de salir al escenario para cantar y bailar. Lo que destacaron del programa fue una “muestra mágica” y “mimetismo” junto con las mascotas y payasos que se ganó todos los aplausos del espectáculo trayendo alegría y sonrisa en sus caras. El programa se concluyó repartiendo dulces y aperitivos a cada uno.
Fue un tiempo bien aprovechado con los más débiles y olvidados, trayendo alegría y olvidando, por un rato, la tristeza y monotonía de su vida ¡Alabado sea el Señor!
Puriel Fernández