jueves, 16 de diciembre de 2010

Vemos de nuevo a Jesús


Otro año más que volvemos a ver a JESUS... como siempre, entre pajas, con estrella de colores, guirnaldas y hasta nieve, pero quizás lo veamos de una manera distinta de otros años… ¡con lo que está cayendo!... Recordemos lo que nos ha dicho el Papa en el mensaje del DOMUND: “Los hombres de nuestro tiempo, quizás no siempre conscientemente, piden a los creyentes, no solo que hablen de Jesús, sino que hagan ver a Jesús; que hagan resplandecer el rostro del Redentor en cada ángulo de la tierra ante las generaciones del nuevo milenio, ante los jóvenes de todos los continentes”

El Papa subraya la importancia de la visibilidad del mensaje de Cristo: “Hacer ver a Jesús” con gestos concretos de amor. El horizonte de la misión es el mundo entero. El mundo de los hombres que llevan en su corazón la aspiración a una vida auténtica, aún sin saberlo.


Es a esta humanidad la que Cristo quiere salvar y recrear. La Iglesia desde el Evangelio está llamada a impulsar un humanismo nuevo, ya que muchos hombres y mujeres, niños y jóvenes quieren ver a Jesús.


Debemos caer en la cuenta de la importancia que tiene hoy la visibilidad de Jesús, como insiste el Papa: “hacer ver a Jesús con gestos concretos de amor y solidaridad.”


Ya nos han oído hablar mucho de El, y ahora tenemos que “hacerlo ver”. El horizonte de esta tarea es el mundo entero y así lo han entendido nuestr@s misioner@s que conocen bien el mundo de los hombres que llevan en su corazón el deseo de una vida autentica. Y ell@s allí donde están y nosotr@s aquí, en esta sociedad primer mundista y multiétnica que cada vez mas experimenta soledad e indiferencia debemos aprender a convertirnos y hacer del planeta la casa de todos los pueblos.


Y ésta fue la tarea de Jesús y así tenemos que hacerlo ver nosotr@s. Fue Luz… Vida… Camino… Amor… Hermano… El soñador de esta fraternidad universal por la que debemos luchar nosotr@s, siendo luz, vida, camino, amor, herman@... No es este un camino fácil, pues la historia de Jesús está llena de dificultades y luchas y hemos de estar atent@s a:


— No ser ingenuos, pues en tiempo de crisis, desconcierto y confusión no debemos dejarnos engañar.


— No al triunfalismo o alimentar la nostalgia de grandeza, tan opuesto al espíritu de Jesús.


— Que es la hora del testimonio, hora de reavivar en nosotr@s la llamada a ser testigos humildes pero convincentes de este Maestro a quien la gente quiere ver.


— Tiempo también de paciencia. Seamos pacientes y tenaces sin perder la calma ni la lucidez que nos viene de quien dijo en su Evangelio “Yo soy la Luz y el que me sigue, no va en tinieblas”.

Esta Luz que vieron los Magos y los Pastores, luz que ilumina también al Niño en las pajas y queremos que vean los hombres y mujeres, niños y jóvenes que aún no le conocen.

Un acontecimiento que marcó a la comunidad

Makenga con su gran amigo Muyombo

R.D. del Congo, Banga.


Fue en el mes de marzo cuando diagnosticaron diabetes a un joven de 18 años llamado Makenga, en el centro de salud de Banga, donde nuestra hermana Liliane Massa es responsable. Makenga era un muchacho conocido de todas las hermanas que han pasado por esta misión, desde pequeño ha sido muy enfermizo y es gracias a la ayuda de ellas que ha podido llegar hasta esta edad.

En el momento que le diagnosticaron el azúcar era superior a 700 y se necesitaba darle la insulina. Dado el medio donde nos encontramos, en esta misión tan lejana, no había insulina en el centro de salud, y los enfermeros tuvieron que darle gliben, un medicamento similar para aliviarle un poco.

Pero en Banga como en otros pueblos de África, la creencia en la brujería y la medicina tradicional tienen mas peso que cualquier otro tratamiento.

Una vez que su familia supo que se trataba de la diabetes, le cortaron el tratamiento que estaba recibiendo en el centro y se lo llevaron a escondidas a un curandero, mientras los enfermeros, las hermanas y los sacerdotes de la parroquia buscaban por todos los medios la forma de conseguir la insulina. Allí donde fue, el curandero le cambio el régimen alimentario, le daban de comer lo que no era adecuado para su enfermedad. Una vez que se empeoró su estado lo llevaron corriendo a nuestro centro de salud, pero ya era tarde, no había nada que hacer. Entró inmediatamente en coma, y murió.

ABANDONO

Al morir toda la gente del pueblo lo abandonó diciendo que había muerto de una enfermedad contagiosa, por lo tanto, había que enterrarle el mismo día sin llevarlo al pueblo para el duelo, lejos del cementerio donde entierran a toda la gente, en un campo desconocido donde la gente no pueda tener contacto con él.


En medio de todo este jaleo su hermano mayor vino a vernos y nos comentó todo lo que la gente decía. Fuimos con los dos sacerdotes a ver a los dos más viejos del lugar que se oponían a que se lo llevaran al pueblo. Los dos con una sola voz nos dijeron “Miren, según nuestra costumbre, personas que mueren con esta enfermedad no tienen derecho de ser enterrados con los demás difuntos ni los aceptamos, así que háganse ustedes cargo del muerto. Nosotras en contra de esta costumbre, decidimos llevarlo a la Iglesia para el velorio, lo triste fue cuando llegamos allí y vimos a toda la gente del pueblo alejados y encima murmurando que no querían entrar en la Iglesia.


Cuando la gente vio a los alumnos de las escuelas cantando y rezando junto a nosotras, poco a poco comenzaron a entrar y en un momento la Iglesia se lleno de gente de toda clase.


Al día siguiente organizamos la misa para el funeral, los alumnos prepararon los cantos

para una misa de acción de gracias y al salir de misa para dirigirnos al cementerio del pueblo, un señor nos vino a decir que ni se nos ocurriera llevarlo allí, que buscásemos otro sitio, y decidimos llevarlo a donde se entierran a los que mueren en nuestro centro de salud que no son de este pueblo.

FUE ENTERRADO CON HONOR

Decimos que Makenga era un buen cristiano, ferviente acólito de misa. Ha muerto tal como había vivido, humilde, sencillo, olvidado y abandonado, pero llorado y enterrado con honor. Makenga es un santo como decían en los testimonios los sacerdotes de la misión, las hermanas, sus amigos de las escuelas y sus profesores.


El hecho de hacer frente a las creencias que esclavizan y destruyan a las personas, ha sido un testimonio para nuestra gente, sobre todo para su familia. El gesto tan sencillo de hacernos cargo de Makenga -que hemos hecho juntos los responsables de la parroquia- pese a las costumbres, ha permitido a uno de sus hermanos reintegrarse de nuevo a la Iglesia Católica junto con toda su familia, dejando así la secta donde la familia rezaba.


ÉL nos vino a decir “Hermanas ustedes son mujeres de Dios que transmiten el verdadero amor, personas que no tienen miedo a denunciar el mal que hay en las costumbres”. En realidad solo hicimos lo que pensamos que era digno, justo y necesario para nuestro amigo, hermano Makenga. Que su alma descanse en paz.


Con cariño nos despedimos,


Liliane Massa , Marie Louise Eteke y Adeline Iwangomo

La convivencia con Álvaro Ginel


Recogí a Álvaro para estar pronto en casa de las hermanas. Misión Compartida tiene convivencia. Es un día importante. Tenemos toda la mañana para que Álvaro nos acompañe y nos enseñe lo que en este día nos va a decir el Evangelio.

Se unen a nosotras otras hermanas. Esto enriquecerá la experiencia. Álvaro nos propone trabajar con la Lectio Divina el Evangelio de la samaritana.(Jn. 4, 5-42) Nos explica los pasos. Nos da papeles. El gran descubrimiento es que hay otra manera de orar, desgranando cada palabra del texto para encontrar toda su riqueza y su potencial. ¡Qué descubrimiento! Un texto tan conocido y a la vez tan desconocido. Es la primera parte de la Lectio Divina.: su lectura reposada…

No hay mucho tiempo, la mañana se pasa volando pero vamos descubriendo en cada palabra el compromiso al que nos lleva, y la meditación que genera dentro de nosotras…

Acabamos con la Eucaristía haciendo en ella la oración y la contemplación, son los dos últimos pasos de la Lectio Divina. ¡Que gran privilegio celebrar de esta manera! Casi podemos palpar que Jesús nos pide agua para beber y nos devuelve agua de vida para que tengamos vida en abundancia…

Ahora queda el rezo reposado que nos haga seguir encontrando el agua viva que nos recuerda cada día nuestro compromiso allí donde se nos necesita…

Mari Carmen Cirujano
Misión Compartida