miércoles, 28 de octubre de 2015


El Papa Francisco en su reflexión con motivo del Domund nos dice:
 

La Jornada Mundial de las Misiones 2015 tiene lugar en el contexto del Año de la Vida Consagrada, y recibe de ello un estímulo para la oración y la reflexión.
 

El seguimiento de Jesús, responde a la llamada a tomar la cruz e ir tras él, a imitar su dedicación al Padre y sus gestos de servicio y de amor, a perder la vida para encontrarla.
 

La misión es parte de la “gramática” de la fe, es algo imprescindible para aquellos que escuchan la voz del Espíritu que susurra “ven” y “ve”. Quien sigue a Cristo se convierte necesariamente en misionero, y sabe que Jesús “camina con él, habla con él, respira con él. Percibe a Jesús vivo con él en medio de la tarea misionera”.
 

La misión es una pasión por Jesús pero, al mismo tiempo, es una pasión por su pueblo.
 

En el mandato de Jesús: “id” están presentes los escenarios y los desafíos siempre nuevos de la misión evangelizadora de la Iglesia. En ella todos están llamados a anunciar el Evangelio a través del testimonio de la vida;
 

Hoy la misión se enfrenta al reto de respetar la necesidad de todos los pueblos de partir de sus propias raíces y de salvaguardar los valores de las respectivas culturas.
 

Dentro de esta compleja dinámica, nos preguntamos: “¿Quiénes son los destinatarios privilegiados del anuncio evangélico?” la respuesta es clara y la encontramos en el mismo Evangelio: los pobres, los pequeños, los enfermos, aquellos que a menudo son despreciados y olvidados. 

La pasión del misionero es el Evangelio
 
Celebremos este día con la responsabilidad de quien se sabe
 parte de esta humanidad que necesita amar y ser amada