jueves, 3 de septiembre de 2009

Carta desde Perú

En el umbral de mis 60 años, me estaba planteando cambiar de estilo de vida. El trabajo que hasta este momento, casi había sido el centro de mi vida, se estaba convirtiendo en algo rutinario. Me movía en un entorno en que reinaba la desconfianza, competitividad y susceptibilidad. Yo me preguntaba ¿todo esto para qué? Me parecía vivir una vida sin sentido, me cuestionaba la necesidad de un cambio, y decidí dejar el trabajo (ceder el campo a los jóvenes) y dedicar parte de mi tiempo a trabajos sociales en una organización solidaria con visión clara de Dios.

Fue entonces cuando la Hna. Rosa me animo a solicitar a la Compañía Misionera la posibilidad de partir a tierras de misión. Tomé el compromiso.


Una vez recibido el SI de la Compañía me encomendé al Señor y partí, por un año, rumbo a Perú –Misió
n de San Lorenzo en la Amazonia-Departamento de Loreto dispuesta a aceptar lo que el Señor quisiera de mí.

Mi experiencia en la selva ha reforzado mi fe en Dios. No puedo resignarme a que todo sea un puro azar privado de cualquier sentido. Hay realmente un sentido, una orientación en todo, ello me da fuerzas para no desanimarme, hacer el bien a mis semejantes aunque no pueda apreciar resultados. La tendencia de muchos cristianos en pensar de que el mundo de hoy no tiene solución es un error. Ahora no olvido que el mundo es obra de Dios. Si todos, en grupo e individualmente luchamos para ser mejores el mundo será también un poquito mejor.

Montserrat Cabré.