Para nosotras Laicas y
hermanas de la Compañía Misionera, es el puente que nos une con nuestros
hermanos de misiones. Cada año la llegada de estas fechas nos recuerda las
necesidades, que tantos hombres, mujeres y niños están padeciendo y que con un
poco de esfuerzo de cada uno de nosotros podemos ir aliviando.
Es muy consolador ver a
tantas personas que año tras año vienen, ya no tanto para comprar, las muchas
cosas atractivas que nos envían de la misión, sino para su contribución a esos
pequeños proyectos, que tanto ayudan a los hermanos de esas tierras, para que
vivan un poco mejor y les ayuden a vivir sus necesidades esenciales.
Hoy a través del Puente
Misionero queremos agradeceros vuestra generosidad de cada año y deciros de
corazón Gracias a todos y todas, pequeños y grandes.
¡QUE DIOS OS BENDIGA!