martes, 4 de noviembre de 2008

Representación de Misión Compartida en la Asamblea General


Como Misión Compartida he tenido el privilegio, junto con Isabel Cabrera, de representaros en la Asamblea General de la Compañía, a los/as laicos. Esto que parece tan “rimbombante” ha resultado uno de los momentos más enriquecedores que he tenido desde que pertenezco al grupo. También para Isabel ha sido una buenísima experiencia.

Invitadas por Rosa y Rían llegué a la Casa (así la llaman las hermanas)a las 4; ya estaban reunidas representado a cada una de la tierra de misión en la que trabajan, y no sé cómo explicaros la energía que había en la sala, quizás podréis haceros una idea si pensáis en lo que generan unas treinta y tantas mujeres sonriendo que te acogen como si te conocieran de toda la vida, así las sentí y creo que Isabel también. Sentí una sensación de maravillosa acogida aunque claro esto no quiere decir que no estuviera nerviosa por lo que tenía que representar, mi preocupación era que se entendiera bien lo que sentimos como grupo y también que a nivel individual pudiera explicarlo que me suponía estar en el grupo.

Jesús de Nazaret dijo que “cuando dos o más estuvieran reunidas en su nombre allí estaba Él”, bueno, pues estaba. La corriente de escucha, respeto y comprensión se notaba en todos los ojos que me miraban (que nos miraban) y poco apoco me sentí más relajada y sin miedo a intervenir.

Agradezco mucho que Isabel me acompañara porque me hacía sentir grupo y creo que a ella también le llego el sentirse a su anchas porque sus intervenciones fueron perfectas y oportunas.


En la próxima reunión os explicaremos cómo ha resultado este encuentro y lo que les hemos pedido a la asamblea, y os contaremos que están haciendo los laicos en otros países. Este mensaje es para deciros que estamos en buenas manos y recorriendo un camino que merece la pena dentro de la Compañía Misioneras.


Un beso fuerte y nos veremos el 21.

Mari Carmen