viernes, 16 de abril de 2010

Agradecimientos

Algo que quizás no se ha dicho en todo este boom de noticias y acontecimientos de Haití es el saber agradecer de los haitianos. Desde la experiencia de quienes hemos podido compartir nuestra vida con los haitianos coincidimos en su capacidad de reconocer en quienes hemos sido mediación para ellos la presencia de Dios: el haitiano, al recibir ayuda, eleva sus brazos y su mirada al cielo y da gracias a Dios por lo que le está regalando a través de la persona que tiene delante.

Del mismo modo y en nombre de todos los que se puedan beneficiar, agradecemos a Dios por tantas colaboraciones que hemos recibido en La Compañía ante la desgracia del pueblo haitiano. Gracias, Señor, por actuar a través de tanta gente, por hacerte presente en cada uno de ellos.

Al marcharse las instituciones gubernamentales y al dejar de ser noticia de actualidad empieza nuestro trabajo, el de los misioneros y misioneras, y el de quienes nos ayudáis en nuestra labor en la distancia y en el anonimato, trabajo ya silencioso, callado, compartiendo la vida, caminando junto a ellos, y desde el que intentaremos responder a las necesidades que se vayan encontrando.