lunes, 12 de septiembre de 2011

Vyara en el 50º aniversario de su fundación


Era el año 1961 y se acababa de empezar el Noviciado y el Colegio, Lourdes Convent en la ciudad de Surat, Gujarat. Después de 10 años de nuestra presencia en esta ciudad se nos ofrecía una ocasión de ir a los pueblos indígenas del distrito de Vyara, unos 70 Km. desde esa ciudad.

El P.Zubeldia, s.j. había recibido una invitación de los Adivasis (aborígenes) para visitar sus pueblos. El nos invito a nosotras. El primer pueblo fue Jhankri. Empezamos nuestro primer viaje misionero a este pueblo. Llegamos hasta Vyara en el tren y desde allí nos llevaron en los carros de bueyes, que en aquel tiempo cuando no había comunicación, utilizaban los carros de bueyes que nos suponía hacer un viaje larguísimo. Viaje en carretas de bueyes.

Cuando llegamos era la noche. A la luz de un petromax nos recibieron con gratitud y respeto. Al amanecer pudimos ver a la gente que nos esperaba y nos cantaban “Bienvenidos”.

Desde entonces creció el cariño y confianza mutua. Allí planeamos junto con ellos lo que ellos querían y esperaban de nosotros. Todo el pueblo era analfabeto y para ellos lo primordial era la educación y la salud. Al principio las hermanas pasaban de 4 a 6 días en un poblado y después volvían a Surat para descansar, recuperar fuerzas y compartir con las hermanas volver otra vez haciendo un viaje en los carros de bueyes y luego caminando varios kilometraros con el sol o la lluvia y algunas veces en la noche a través de la selva para ir a las distintas aldeas.

¿CÓMO PASABAN EL DÍA?

Iban siempre con un pequeñísimo maletín con medicinas, aspirinas, ungüento (cúralo todo) sulfamidas, agua oxigenada, yodo era lo más usado. Los niños acudían a enseñar sus pequeñas heridas (eccemas por falta de higiene).Todos querían ser tocados por las hermanas, que no eran enfermeras en los principios pero sí acostumbradas a usar los medicamentos o primeros auxilios. Realmente hubo pequeños milagros que el Señor hacía con aquellos medios rústicos pero hechos con buena dosis de amor y confianza. Esto era muy valorado por la gente.

Catequesis a los niños, catequesis domésticas y por la noche. Entonces sí que se juntaban multitudes. Se les hablaban en la lengua Gujarati. Nos faltaba todavía conocer su dialecto “Gamit”, por lo tanto el líder nos hacia de traductor.

La gente tenía interés de conocer a Jesús y quería que sus hijos se bautizarán primero para que se criasen y formasen en la Verdad, y después seguirían los mayores. Así fue. Pidieron muy pronto el bautismo para los niños y a continuación las mujeres y bastante más tarde los hombres.

Este pueblo Jhankri, ya católico, abrió su corazón entusiasmado a los pueblos vecinos. Eran apóstoles – primero las mujeres y luego los niños que eran nuestro ejército acompañándonos a los pueblos vecinos aunque fuera de noche. Allí vibraba el Espíritu de Dios.

En el año 1968, se abrió una casa en Vyara mismo y fue la primera comunidad de 4 hermanas que atendieron a los pueblos y al dispensario.

La labor que se ha llevado en estos pueblos Adivasis fue sobre todo la educación integral de todo el pueblo. Desde las primeras escuelas primarias en los pueblos, seguido por los estudios secundarios en las escuelas del gobierno, viviendo en los internados que llevaban los padres para los chicos y las hermanas para las chicas. Hoy encontramos que muchos de estos muchachos y muchachas han logrado grados universitarios. Muchos de ellos están al cargo de los puestos del gobierno en los pueblos y son líderes.

Hoy después de 50 años de escuchar, gozar de acoger la Palabra de Dios esta misión es en un ámbito cristiano que trata de vivir los valores de Jesús. Nuestra presencia sigue permaneciendo entre ellos. En este año celebramos el cincuenta aniversario de la misión.

La obra era de Dios y le damos gracias porque Él sigue cuidándola.