domingo, 18 de diciembre de 2011

Homilía del Cardenal L. M. PASINYA


Excelencias,
Distinguidos invitados,
Queridos hermanos y hermanas,

Hoy, es un día de regocijo, ya que hoy las Hermanas de la Compañía Misionera del Sagrado Corazón de Jesús conmemoran los cincuenta años de su presencia en nuestro país.

Gracias sean dadas a Dios por las maravillas que El ha realizado en sus vidas y, por su acción misionera, en nuestro pueblo. « ¿Cómo agradecer al Señor tanto bien hecho, que nadie conoce, sino solo El? ».
Si, realmente la presencia de las hermanas de la Compañía Misionera del Sagrado Corazón ha sido una bendición para nuestra Diócesis y para la Diócesis de Idiofa. Hemos conocido a unas Hermanas muy queridas por su estilo de vida y por su trabajo apostólico marcado por su simplicidad, su cercanía con la gente y el calor de sus relaciones humanas. Gracias, hermanas por vuestro testimonio y lo que el ha aportado a nuestra Iglesia.

Cincuentenario « rima » con « año de reconocimiento de Nuestro Señor» (Lc 4, 19): que el Señor os haga rebosar de júbilo a la medida del Amor de su Corazón. Cincuentenario « rima » también con «el Anuncio de la Buena Nueva a los pobres » (cf. Lc 4, 18): pueda el Señor aumentar en vosotras el amor hacia los pobres tan característico de vuestra Congregación. (cf. Lc 4, 18).
Cincuentenario « rima » con la justicia del Reino y la liberación de los oprimidos. Quiera el Señor que vuestra acción profética en favor de los marginados y oprimidos tenga un efecto favorable en nuestra sociedad congolesa.

Como nos dice San Pablo en su carta a los Romanos: « No tengáis deuda alguna con nadie, sino la de amaros los unos a los otros… el amor no hace ningún mal al prójimo, el amor es el total cumplimiento de la ley » (Rm 13, 8-10). Este amor hoy día es muy necesario, ya que nuestra sociedad se caracteriza cada vez mas por el egoísmo: se discute todo, se corre detrás de los bienes materiales para apropiárselos a uno mismo; el hermano ya no existe, y se le coloca entre los olvidados (cf. 2ème lectura).

Es por lo que el amor nos invita a la corrección fraterna, de la que Mateo nos muestra como hacían en su comunidad. En una comunidad donde se acepta la corrección fraterna con gozo y con naturalidad, es una comunidad de larga vida, como es una comunidad donde se ora en común y se perdonan mutualmente.

Una comunidad así conoce Dios, ya que Dios está en medio de ella. Una comunidad donde no se acepta la corrección fraternal, donde no se ora en común y donde no se perdona, esta condenada al fracaso, ya que el Señor no está presente, El que es en quien la funda y la convoca.

Ahora, que aprovechando la celebración del cincuentenario, cuatro de las hermanas van a hacer su profesión y compromiso de por vida con Jesucristo, que deciros sino que los votos religiosos se resumen en vivir el misterio pascual con Jesucristo.

 Es este misterio que se llama la obediencia, la castidad y la pobreza como Cristo y con El. Le pedimos al Señor que os conceda el vivir con alegría y generosidad vuestros compromisos religiosos. « Que el Dios de la esperanza os llene de gozo y paz en la fe, para que desbordéis de esperanza por la fuerza del Santo Espíritu. » (Rm 15, 13).

En este hermoso día, no podemos olvidar a las hermanas que han entregado sus vidas al servicio de la misión aquí en el Congo y sobre todo en Kinshasa, y que ya están en la casa del Padre. Pensamos en las hermanas Lola López y Carmen Juliá que hemos conocido en los años 1970-80. Que el Señor les recompense estando a su lado y en su casa de paz y luz eterna.

¡Que viva por siempre la Compañía Misionera del Sagrado Corazón y que el Señor sea siempre vuestro ideal y que El os colme de gracia! Amen.

San Eloy el 04 septiembre 2011
MONSENGWO PASINYA