viernes, 29 de abril de 2011

Evangelización y profetismo

Son palabras que suenan a nuestro alrededor desde hace ya un cierto tiempo. Quizá nos recuerdan las evangelizaciones populares que tantísimo bien hicieron a nuestro pueblo sobre los años 50 de nuestra posguerra...

Nuestra sociedad se ha ido vaciando de Dios y vivimos en una pobreza de valores fundamentales y carencia del sentido de la existencia.

Esta pobreza que experimentamos es como un andar de peregrinos hacia un camino que empezamos a vislumbrar pero que no nos atrevemos a emprender.

En el precioso film del Camino de Santiago, que ha estado en nuestras pantallas, que bien queda plasmada esta nostalgia de Dios que queda sofocada por nuestros quehaceres y nuestros compromisos de sociedad; por nuestra enmarañada existencia; por un querer silenciar la voz interior, hasta que la búsqueda de Dios se abre paso y estalla radiante, haciendo la verdad sobre nuestra vida llena de ambiciones, orgullo, y mentira.

Hace falta profetas... Profetas en la vida ordinaria, en el cine, en el deporte, en la literatura y en el arte... En la vida política y social.

Profeta es el que suscita en el mundo la nostalgia de Dios.

El actual caminar en la crisis de nuestro mundo, en la pobreza de valores y en búsqueda de soluciones, puede ser también profetismo en este peregrinaje hacia el absoluto.

Profeta es el que irradia, creatividad, optimismo, alegría y amor en una sociedad que carece de valores fundamentales.

Hoy también existen profetas en nuestro alrededor, vidas en la sencillez, lejos de los flash y búsqueda del éxito, son siembra, testimonio y ejemplo en un mundo en plena inquietud y proceso de transformación.

Mª Luisa Yañez Acín que ha vivido su donación misionera, hasta que nos fue arrebatada en un accidente brutal cerca de la misión de Batshoro en el Tchad, antes de la Navidad, es todo un símbolo de profetismo. Con su alegría constante, con su pobreza radical, su disponibilidad y su servicio a los pobres. Dios le ha salido al encuentro en pleno servicio.

"Feliz Mª Luisa que estabas velando en tu trabajo, con la lámpara encendida a la espera del Señor".

Roser Morera