martes, 26 de octubre de 2010

La crisis y los cristianos




¡Nos ha tocado! No la hemos buscado nosotros y les ha tocado también a mucha gente no solo en España, sino del mundo entero. A unos más que a otros, es verdad, pero a todos toca algo.

¿Cuántas veces hemos escuchado la palabrita crisis?. En la prensa, en la televisión, en tertulias… La palabra esta de moda y aunque hay crisis muy variadas, la que más suena es la crisis económica. No hay dinero, esto es todo, pero tampoco hay valores, los que han hecho felices a tantos hombres y mujeres, de generaciones pasadas: la amistad, la honradez, la capacidad de saber esperar.

No recuerdo dónde lo he leído hace unos pocos días: “Las crisis no se eligen pero lo que sí se puede elegir es la manera de vivirlas y superarlas.”. En esto si que hemos de ser todos protagonistas, porque es problema de todos, no es cuestión de culpar a nadie ni de criticar. Hemos de aceptar lo que hay y de no vivirla de una forma pasiva como si no fuera con nosotros, los cristianos. No podemos mirar a otro lado ¿A donde hemos de mirar? Pues a quien sino a Jesús. Porque en su tiempo también había crisis: Los romanos, la lepra, la esclavitud etc….

Él las vivió en actividad, liberando, curando, consolando y denunciando. Porque había causas, causantes y victimas. Nosotros podemos hacer cosas grandes y pequeñas, como pequeña fue la limosna de la viuda, que dio todo lo que tenia, que era bien poco. Pero Jesús lo valoró. Él animó a compartir y a amar. Sabemos que hoy también hay gente que comparte. Decide cobrar menos para que nadie de la empresa deje de trabajar.

¡Cuántos ejemplos habrá que ignoramos, porque lo bello y hermoso no sale en los medios de comunicación! Esperemos con el máximo optimismo posible la salida de la crisis. Porque hemos de salir, como hemos salido otras veces de momentos difíciles.

Saber esperar con paciencia sin que nuestra negatividad y egoísmo, hagan más difícil esta situación. Que no hemos elegido pero elegimos la mejor manera de sufrirla.

J. Nieto

Cómo afrontamos la crisis en los países donde estamos


Al empezar nuestras misiones, siempre nos ha movido el deseo de compartir lo mejor de nosotras con los pueblos a los que llegamos. Santa Rita de Castilla ubicada en la Selva Loretana (Perú), en el río Marañón, fue uno de ellos. Empezamos la misión con una comunidad de P. Agustinos, con los que proyectamos el compartir nuestras valores con los hermanos nativos. Queríamos vivir y comunicar lo mejor que teníamos para mejorar sus vidas.

Tomamos como prioritario la salud de la zona, y se emplearon distintos métodos: atendiendo en un dispensario donde afluía la gente con toda clase de dolencias; desplazándonos por los ríos y los poblados más lejanos para que a todos les llegase la ayuda, logrando de esta manera que disminuyera la mortalidad infantil e incluso llegar a erradicar ciertas epidemias como la del sarampión que se llevaba por delante familias y comunidades enteras, facilitándoles las vacunas; pasando los años se modificó el método y sin dejar nosotros, de ir a los caseríos para atenderles los dispensarios se cambiaron en centros de capacitación sanitaria, para que ellos fueran los propios agentes de cambio y se convirtieron en responsables directos en el campo de salud; de ahí surgieron promotores de salud, botiquines comunales, las parteras empíricas y tradicionales, las movilizadoras.

Éstas dos últimas cuidan del binomio madre-niño, velando por la higiene y alimentación de ambos.

Con ello se ha logrado erradicar la muerte por tétanos neonatorum al atender debidamente el parto y controlar los embarazos recibieron la atención adecuada.

De esta manera recibían las instrucciones que a los agentes de salud se les imparten. Se está logrando la salud en todos los ámbitos Sobre todo de la mujer y del niño.


El resultado de este trabajo fue reconocido después de muchos años. Nos lo cuenta la hermana Rosa Pérez.

Carta de Rosa Pérez

Hermanas queridas hoy me pongo en comunicación con todas ustedes, para compartirles algo de lo que hemos vivido este último tiempo en cuanto al trabajo de salud. Hace más o menos un mes, que nos llamaron de la ciudad de Iquitos de la DIRESA (Dirección Regional de Salud), para que fuésemos la enfermera de la parroquia y yo, para tomar parte en un homenaje de reconocimiento por parte del MINSA (Ministerio de Salud) y del Gobierno Regional, a un grupo de Agentes Comunitarios de Salud (Promotores de Salud), en representación de todos los de la Región Loreto. Querían nuestra presencia, para que compartiésemos con ellos el trabajo, que desde hace unos años, venimos realizando con UNICEF, en ella hemos tomado parte la Parroquia, los Agentes comunitarios (promotores de salud, movilizadoras, parteras y autoridades locales) y las comunidades, donde se ha realizado este proyecto.

Desde hace un tiempo, este proyecto fue evaluado, no sólo por el MINSA, sino también por otras instituciones y fue presentado en Lima, por este Ministerio, considerándola como una experiencia exitosa.

Aquí en Iquitos, la directora de la DIRESA conocía este proyecto, además de algunas enfermeras. Pero el que más empuje dio fue el Dr. Hugo Rodríguez, que tanto nos quiere y sabe del trabajo que venimos realizando, él era uno de los encargados de organizar este evento.

Nos pidió nuestra participación, para dar a conocer esta experiencia y que podría ser válida para otros. Con su ayuda y la de otros que tuvieron a bien echarnos una mano, preparamos la exposición y para lo que contamos con unas fotos preciosas. Creo logramos que el público viese como el trabajar unidos puede dar sus frutos.

UNICEF, quiso que este proyecto se llamara, “Buen Inicio”, por que lo que se quería lograr, es que el mayor número de niños tuviesen asegurado un buen inicio en sus vidas y a ser posible los tres primeros años, para esto se trabajó, desde el principio, no sólo con los agentes de salud, sino también con las comunidades y poco a poco se fue logrando que disminuyera la desnutrición y la anemia, tanto en las gestantes así como en la mayoría de niños.

Para ello a lo largo de estos años UNICEF, nos ayudó con personal capacitado, con recursos materiales y económicos y por nuestra parte la Parroquia aportó la experiencia de tantos años de capacitación y formación a los agentes comunitarios y a las comunidades.

Antes de esta presentación se hizo memoria de todas las personas que por muchos años fueron los formador@s y pioner@s de la defensa de la vida en nuestra Amazonía: Las hermanas Gaetana, Nora, Blandini, Sagrario, María Perfecta, Gertrudis y todas nosotras que hemos trabajado en salud.

Demos gracias a Dios porque algo de lo que tantos hemos sembrado, está dando su fruto. Y este fruto es ver que gran parte de nuestros niños, nazcan y crezcan con salud. Que nuestro Padre nos ayude para que sigamos dando lo mejor que podamos en esta gran tarea de afianzar su Reino y ayudar a que todos tengan vida y esta en abundancia.

Un abrazo y mi cariño.

Mª Rosa Pérez Lance

La crisis en la que sólo se oye llorar a los países desarrollados

Decía una famosita en televisión que la crisis actual afecta más a los ricos “ya que los pobres, están acostumbrados”. Los expertos aseguran que los maravillosos principios económicos que nos han llevado a esta situación, lejos de cambiar se van a recrudecer. Y eso es lo que hay y habrá por el bien de la economía mundial. Perdiendo siempre los mismos, los que no la causaron.

En la Compañía Misionera parece ser que no somos ni ricos ni expertos; ya que pensamos que los pobres sufren más y peor los efectos de la crisis. Y creemos que es posible que los principios económicos sean guiados por principios éticos, con un objetivo: el bien común.

Además de pensar, procuramos hacer: Intentamos minimizar los efectos del despiadado deterioro ambiental causado por las petroleras, en pos de obtener rápidos beneficios y que afectan directamente a la salud. Con las aportaciones recogidas en el mercadillo, conseguimos que varias familias pudieran alimentarse gracias a las Piscigranjas. Evitando así tener que consumir peces envenenados de los ríos contaminados en los que tenían que pescar.

Creemos en los beneficios “económicos” de la educación. Dotando de recursos materiales al “Proyecto Centro Técnico Productivo” CETPRO de Huampami (Sta María del Nieva) Gracias a las ventas del mercadillo, conseguimos que todos los alumnos dispusieran de un serrucho cada uno para su taller de carpintería. Invertir en educación profesional es asegurar un futuro mejor.

Conectamos economías convirtiendo a cada persona que compra una de las mantelerías bordadas a mano, en socios inversores del proyecto de Taza (Marruecos). En el cual las mujeres reciben formación a través del taller de costura, así como educación básica, siendo capaces de gestionar ellas mismas su producto, las mantelerías. Mejorando la situación económica de sus familias, impulsando mujeres empresarias en un mundo de hombres.

Aportamos formación especializada, gracias al acuerdo de colaboración con la Universidad de Alcalá, por el cual estudiantes y profesionales fisioterapeutas van a formar a las hermanas y voluntarios en el centro de discapacitados físicos y psíquicos en Marruecos, promoviendo los cuidados básicos y la rehabilitación de los internos. Mejorando su calidad de vida y su dignidad como personas.

Así que lo sentimos por los ricos y expertos, pero por nuestra parte esto es lo que hay y lo que habrá: ganas de trabajar, ideas que desarrollar y mucho, mucho amor como nuestro principal capital.

Beatriz Corces (Misionera laica de la Compañía Misionera)