miércoles, 18 de octubre de 2017

DOMUND 2017


La misión de la Iglesia está animada por una espiritualidad de éxodo continuo. Se trata de «salir de la propia comodidad y atreverse a llegar a todas las periferias que necesitan la luz del Evangelio» (Exhort. ap. Evangelii gaudium, 20). La misión de la Iglesia estimula una actitud de continua peregrinación a través de los diversos desiertos de la vida, a través de las diferentes experiencias de hambre y sed, de verdad y de justicia. La misión de la Iglesia propone una experiencia de continuo exilio, para hacer sentir al hombre, sediento de infinito, su condición de exiliado en camino hacia la patria final, entre el «ya» y el «todavía no» del Reino de los Cielos.

La misión dice a la Iglesia que ella no es un fin en sí misma, sino que es un humilde instrumento y mediación del Reino. Una Iglesia autorreferencial, que se complace en éxitos terrenos, no es la Iglesia de Cristo, no es su cuerpo crucificado y glorioso. Es por eso que debemos preferir «una Iglesia accidentada, herida y manchada por salir a la calle, antes que una Iglesia enferma por el encierro y la comodidad de aferrarse a las propias seguridades» (ibíd., 49).



HAITI: FIESTA DEL SAGRADO CORAZON

Queridos amigos, la comunidad de Puerto Príncipe quiere compartir con ustedes 
la celebración de los 75 años de Fundación de la Compañía el día del Sagrado Corazón de Jesús. 

Comenzar diciendo que los temas de la novena sugeridos por las hermanas del Gobierno General fueron reflexiones que nos ayudaron a ir fortaleciendo nuestra vida, cimentando bien las bases del cómo queremos vivir plasmado en nuestro Proyecto Comunitario, y ha iluminado la búsqueda de: ¿dónde realizar la misión? conscientes de la limitación de la lengua de dos de nosotras; ciertamente hay mucho por hacer pero queremos ir poco a poco, atentas a lo que el Señor nos va poniendo en el camino, estamos en discernimiento continuo, dejando lo que nos gusta para descubrir lo que el Señor quiere de nosotras siendo fieles a nuestro carisma.

Hemos visitado dos lugares muy pobres que se han formado a partir del terremoto (Korai y Cana), también hablado con comunidades de religiosos y religiosas que están en esos lugares y de alguna manera están aportando a nuestro discernimiento, estamos pendientes de hablar con el Párroco de otra Capilla que está en otro sector de Cana, él es Franciscano, vamos a ver con que nos encontramos.


Para conocer la realidad socio-cultural, político, económico y religioso de Haití le hemos pedido al P. Richard Gerard Escalabriniano, que nos de esos temas. Se comprometió y está cumpliendo con las charlas, es otro factor importante.
Al evaluar la fiesta nos hicimos más conscientes del trabajo realizado por nuestras hermanas anteriores en cuanto a las buenas relaciones con las demás congregaciones, pues no es gratuito todos los detalles que han tenido con nosotras, lo bien que se han portado y demostrado el cariño hacia nosotras y demás hermanas pues las recuerdan a todas y eso nos llena de gozo y alegría. Estamos cosechando lo que ellas sembraron y no solo en ese aspecto sino también en lo que sembraron en la huerta. Dios las bendiga.


En cuanto a la celebración de los 75 años de la Compañía tuvimos 2 eventos: uno el viernes en la tarde con las comunidades religiosas más cercanas: eucaristía y compartir la cena en casa de las hermanas. Dominicas de la Presentación, fue un encuentro muy en familia. Y otro el domingo por la mañana con la comunidad cristiana en el salón comunitario, contamos con la animación de la Coral del Sagrado Corazón de Jesús.

Al final de la eucaristía tuvimos un ágape con torta que nos regalaron las hermanas Brasileras (hecho por ellas mismas) y gaseosas.

Terminamos dando gracias a Dios por todo lo vivido, por ver su presencia en cada detalle con que nos hemos encontrado, por el cariño, la disponibilidad, la ayuda de mucha gente, que intervino en la preparación y ejecución de la celebración, permitiendo conocernos más y fortalecer lazos fraternales.


Con cariño, la Comunidad de Puerto Príncipe – Haití.


“Piti piti zwazo fè nich”
(Poco a poco el pájaro hace su nido)

 

EXPERIENCIA DEL AMOR QUE SALVA

¿Cómo entiendo gráficamente el sentido de este punto?
 
Esta semana estudiaba con un chico con los que comparto mis tardes en Cáritas, el funcionamiento del aparato circulatorio. En mis reflexiones y mis silencios tan difíciles de alcanzar, vi la similitud, que os explico:


En el centro, el Corazón de Jesús. Los pulmones, la Compañía Misionera, y nosotras la Sangre.


La Sangre, sale enviada desde el Corazón, el Amor a servir, a anunciar el Evangelio, la justicia, la igualdad, ... pero a medida que vamos caminando por el mundo, vamos dejando nuestra energía, (los nutrientes, el oxígeno), las comodidades, las dificultades, los desfallecimientos. Entonces volvemos al Corazón, y El con su amor nos envía hacia los pulmones, la Compañía Misionera, para limpiar esa sangre, oxigenarla y renovar otra vez nuestras ganas de ser enviadas a anunciar el Amor de Jesús. Entonces volvemos al Corazón de Jesús, ya con fuerza y energía renovada, para que ese Corazón nos vuelva a impulsar a llevar su mensaje de AMOR al mundo.


Mi experiencia: Yo parto del momento en el que recibo el don gratuito de sentirme amada por Jesús.
Dios Padre nos envía a su Hijo y nos llama hermanos. Al igual que Dios envía a su Hijo, yo como hermana suya, también me siento enviada a comunicar mi experiencia de Amor. Algo que si no se comparte te quema por dentro.


Por tradición, por mi familia, he recibido una forma de vivir y de actuar. Una llamada a anunciar el Reino de Dios, sentimiento que siento compartir con las Hermanas de la Compañía Misionera (de una manera concreta y de acuerdo a su carisma).


La experiencia del Amor Salvífico, me lleva a anunciar el Reino de Dios, en mi familia, en el trabajo y en el mundo que me rodea.

 
¿Cómo?, Evangelizar amando desde las primeras etapas:

  • desde el nacimiento de mis hijos
  • incorporación de nuevos miembros a la familia, cuñados, amigos de hijos, etc..
  • gente que tiene un conocimiento desvirtuado de Dios
  • forma de trabajar
  • en el mundo que nos rodea, intentando ser presencia viva de Dios.

M. José Curiel (Laica de la Compañía Misionera en Madrid )